viernes, 28 de octubre de 2016

Restaurante La Casona de la Vid

El Lagar de Isilla es un restaurante emblemático en Aranda de Duero que también ofrece sus servicios en La Casona de La Vid de la Calle Camino Real,1 (La Vid) a 18 km de Aranda. Aquí también tienen bodegas (visitables) y un hotel.

Es un local acogedor, decorado al estilo castellano donde el plato estrella es el lechazo asado en horno de leña.
La carta asemeja un periódico en el que te puedes enterar de cosas interesantes del restaurante y la zona.


Tras pedir la comanda, nos pusieron un salmorejo de aperitivo. Exquisito!
Como ya os he comentado más arriba, aquí tienen sus propias bodegas y, como no podía ser de otra manera, el vino elegido para la ocasión, recomendación de la casa, fue El Lagar de Isilla Gestación. D.O. Ribera del Duero, 100% Tempranillo. Hace la fermentación maloláctica en roble americano y pasa 9 meses en barrica de roble francés. Vino envolvente y fácil de beber.


Mientras llegaba el lechazo asado que teníamos reservado, nos "entretuvimos" degustando unas croquetas de boletus y jamón rebozadas con pan chino. El lechazo, que estaba espectacular, lo acompañamos con unas ensaladas verdes. Pero como dicen que una imagen vale más que mil palabras....

Para rematar una comida tan rica, probamos un postre que estaba especialmente bueno. Tarta de queso con corazón de chocolate líquido y helado de mandarina de las montañas. Qué pena que los postres sean lo último que se toma, cuando ya no puedes comer más aunque quieras...
Recomendable 100%. Si vais por esa zona no dudéis en visitarlo. Os dejo enlace: El Lagar de Isilla
Para terminar, allí al lado está el Monasterio de Santa María de la Vid,  un sitio interesante para conocer y pasear después de una comida tan deliciosa. Nosotros nos alargamos mucho en la sobremesa y no pudimos visitar su interior, pero dimos un paseo por los alrededores en un entorno precioso.













domingo, 23 de octubre de 2016

Aranda de Duero

Como ya os conté en posts anteriores, pasamos un fin de semana inolvidable en la Ribera del Duero donde además de comer y beber bien, pudimos hacer un poquito de turismo. Elegimos Aranda de Duero para alojarnos y, aunque estuvimos poco tiempo, pudimos visitar el centro histórico. Lo más reseñable, la Iglesia de Santa María la Real, grandiosa, donde hace un par de años se celebraron Las Edades del Hombre.
Lo primero que llama la atención es la fachada, de estilo gótico isabelino. Fue terminada en 1515 dejándola inaugurada Fernando el Católico cuando partió desde aquí a Segovia.
En el centro está representada la imagen del calvario y a cada lado de ésta dos medallones representan la Cruz a cuestas y la Resurrección del Señor. Sobre éstos dos escudos de Aranda y más arriba los escudos reales.
El tímpano también es una preciosidad, y la puerta, pero la luz que había cuando hice las fotos no deja apreciar en su totalidad su belleza.
El interior está repleto de obras de arte:
  • El Retablo Mayor, de madera policromada, fue realizado en el siglo XVII.
  • La Capilla del Crucifijo o del Arcipreste Alameda, del la segunda mitad del siglo XVI. El retablo con Cristo crucificado es del siglo XVIII. 
  • Vidrieras, realizadas a principios del siglo XX 
  • Retablo barroco del siglo XVIII, presidido por el Cristo de la Salud
  • Sepulcro de Antonio de Miranda, arandino que entró al servicio de Carlos V como su ujier y a quien otorgó la calidad de "primo", tratamiento que los monarcas daban a los grandes de España en su correspondencia privada. 
  • Imagen de Nuestra Señora de Loreto, realizada a mediados del siglo XX en un convento de Madrid, probablemente por las propias monjas, encargándose los detalles más delicados, como los rostros de la Virgen y el Niño, a un artista italiano. Es de madera de pino maciza sin policromar.
  • Cristo yacente, del siglo XVIII. Realizado en madera de pino policromada.
  • Escalera de subida al coro, tardogótica, encargada en 1523 a Sebastián y Juan de la Torre.
  • Retablos de San Miguel Arcángel y de San Antonio, ambos del siglo XVIII
  • Retablo de Santa Lucía, del primer tercio del siglo XVIII
  • Retablo de Nuestra Señora de la Piedad, del siglo XVII.
Os muestro alguna imagen más de esta maravilla de templo.



Paseando por los alrededores de esta fantástica iglesia, llegamos a la Plaza Mayor. Plaza de forma triangular, porticada, que es lugar de reunión de los arandinos.



En el próximo post os enseñaré un sitio donde pudimos degustar un lechazo asado excepcional.
Hasta pronto!






miércoles, 12 de octubre de 2016

Escapada a la Ribera (II) Visita a Bodegas Portia

Como ya os conté en el post anterior, el primer fin de semana de octubre hicimos una escapada a la Ribera del Duero y visitamos las Bodegas Protos. Nos gustó tanto la experiencia que aprovechamos el domingo para hacer otra visita.
Esta vez nos acercamos hasta Gumiel de Izán, en la provincia de Burgos (muy cerquita de Aranda de Duero). Allí pudimos visitar las Bodegas Portia y seguir aprendiendo sobre el vino con las explicaciones que nos dio Yolanda, nuestra guía durante la visita.
Esta bodega pertenece a una familia riojana, el grupo Faustino, que posee siete bodegas por distintas Denominaciones de Origen.
El arquitecto responsable de estas instalaciones es el británico Norman Foster y éste ha sido su primer proyecto vitivinícola. El mismo lo define como "Una estrella de tres puntas en el corazón de la Ribera del Duero". Os muestro la maqueta de las instalaciones
Es una edificación, sobre todo, funcional. Inspirada en una flor con tres pétalos, cada uno de ellos tiene una función: fermentación, maduración y embotellado (estos dos últimos pétalos están bajo tierra).
Las cepas se cultivan en vaso y en espalderas con alambres para  recibir más luz del sol. La producción de uva (exclusivamente Tempranillo) es de 7000 kg por hectárea. Los tractores acceden por la rampa que da acceso al primer pétalo en el que se encuentra la tolva donde descargan directamente la uva que transportan. La uva seleccionada a mano, entra por otra puerta situada a la derecha de dicha tolva.
Rampa de acceso
De aquí se accede a la zona de fermentación. Éste es el pétalo que no está soterrado. La fermentación alcohólica se realiza en 46 depósitos troncocónicos que tienen una capacidad de 30.000 litros cada uno. Aquí se mueve el vino con remontadas para que el sombrero se siga mezclando con el mosto.
Una vez que ha pasado el tiempo necesario (dependiendo de la calidad del vino que se quiera obtener), se pasa a otros depósitos después de quitar todo el hollejo. Son 10 depósitos de 53.000 litros cada uno, que se encuentran en el corazón de las instalaciones, esta situación facilita el trasiego del vino.
En el siguiente pétalo que visitamos es donde el vino madura en barricas de 225 litros. El 90% son de roble francés y el 10% restante de roble americano. Al entrar me dió una sensación muy agradable. Todas las barricas ordenadas en durmientes, con esa luz tenue, natural, que procede del exterior y muestra ese color rojizo por los pequeños cristales que hay en la pared, canto gregoriano en el ambiente, obras de arte en las paredes... Era como un gran santuario dedicado al vino. Con razón le llaman la Catedral.

Una vez pasado el tiempo correspondiente a cada tipo de vino en su barrica, pasa a ser embotellado. Los corchos que utilizan son nacionales. El corcho permite seguir respirando al vino, de hecho la cápsula que lo protege lleva dos pequeños agujeros para hacerlo posible. Aquí no se elaboran vinos ecológicos, pero tienen muy en cuenta los alérgenos, de hecho no clarifican el vino con huevo sino con una proteína incolora
Sala de embotellado
 Antes de llegar a la zona del botellero pasamos por una bodega privada donde "custodian" los vinos de algunos clientes. Cada nicho tiene una capacidad de 300 botellas. 
Y tras esto, llegamos al botellero. Presumen de ser el único botellero vertical. Es impresionante. Está inspirado en una biblioteca de Londres y tiene una capacidad de 60000 botellas. Son unos paneles de roble que tienen una pequeña inclinación para facilitar que el vino esté en completo contacto con el corcho.
De aquí pasamos a la sala de catas. Comparamos dos vinos: Portia crianza y Portia Prima. Buenísimos los dos, cada uno con sus peculiaridades. De nuevo diferenciamos con el olfato, la vista y el gusto.... Experiencia 10. Para repetir, sin duda.
Antes de despedirme con unas imágenes de las instalaciones os cuento dos curiosidades:
Portia, la séptima bodega del Grupo Faustino parece una estrella desde el cielo, así como la séptima estrella del séptimo planeta, Urano, se llama Portia.
Las etiquetas de las botellas también han sido diseñadas por Norman Foster.
Entrada principal
Espacio social
Terraza y restaurante